viernes, 26 de marzo de 2010

El miércoles llegué a la Plaza con mis papás a eso de las 15:30 más o menos. Había muchísima gente, pero todavía no era lo que iba a ser dos o tres horas después, cuando no se podría caminar de la cantidad de gente. Una cantidad que en cualquier otra circunstancia me hubiese dado fobia.
Apenas llegamos fuimos directo al centro de la plaza, avanzábamos escuchando el discurso y cada tanto nos deteníamos para gritar o aplaudir alguna consigna.
Todos los 24 de Marzo son muy emocionantes, es en sí una fecha que nos conmueve a todos. Pero en un momento me pasó algo que me hizo emocionar hasta las lágrimas. En medio de toda la gente reconozco, al lado mío, a tan solo una o dos personas de distancia, al nieto recuperado 101, a Francisco Madariaga. Y les juro que se me erizaron todos los pelos y me corrió un escalofrío por todo el cuerpo. Me parecía casi irreal.
Y a su lado estaba el padre, feliz. Con una sonrisa de oreja a oreja. Parecía estar sonriendo por todos los años en los que no lo había podido hacer. Los miré mucho tiempo, muy emocionada. Tenía muchas ganas de abrazarlos y felicitarlos, pero la emoción no me dejó, me dio vergüenza, no sé... lo único que atiné a hacer fue tocarle el brazo a mi papá que lo tenía al lado y decirle "mirá pá, ahí está el nieto 101, el de negro, miralo".

1 comentario:

Lola dijo...

Casi me pongo a llorar leyendo el post, debe haber sido muy fuerte.
Me acuerdo que el 24 de marzo del 2009 estábamos en el subte yendo a la marcha y se subió un grupo a cantar la canción de Victor Heredia: "Todavía cantamos, todavía seguimos...". Y me puse a llorar y me doy vuelta y también estaba mi hermana llorando y éramos las únicas que lloraban en todo el vagón y fue muy fuerte, y muy lindo.
Un beso pi!