Desde que terminé la secundaria el mayor esfuerzo físico que hago es subir las escaleras de mi casa y, tal vez, de vez en cuando correr algún colectivo. Entonces no tuve mejor idea que empezar a hacer algo, lo que sea, por cambiar eso. Tener que estar 5 minutos para recuperar el aliento después de haber corrido a atender la puerta ya me estaba perturbando un poco.
Por supuesto mi primera idea fue ir al gimnasio, y 6 meses después realmente fui. Me vestí de "chica que va al gimnasio", salí con el mp3, llegué, me sacaron una foto para el carnet, pagué la cuota e hice mi primera rutina ideada por uno de esos profesores vanidosos y con cuerpos un tanto desagradables. Salí con todas las pilas y la seguridad de que iba a ir mínimo dos veces por semana. Y lo hice, la primera y la segunda semana fui dos veces, a la tercera era justo época de parciales y pude ir sólo una vez y obviamente la cuarta semana ni siquiera me molesté en buscar ninguna excusa que sonara convincente.
Después estuve todo el verano pensando qué deporte podía hacer, algo que fuera más entretenido que ir a un lugar lleno de aparatos - y de máquinas- a hacer ejercicio. Y finalmente pensé en handball. Entré a la página de la UBA, le mandé un mail a la entrenadora del equipo -que resultó que había sido profesora mía en el colegio- y ayer fui a mi primer entrenamiento.
Hoy no puedo moverme. Apenas si puedo tipear. No lo creía posible, pero me duele absolutamente TODO el cuerpo, incluso estoy descubriendo que existen unos músculos que jamás había sentido. Mañana voy de nuevo, espero no tener que volver en camilla.
2 comentarios:
que bueno pipi! yo me inscribi en el gimnasio y pienso ir 2 veces por semana... vamos a ver que pasa
las admiro
yo me anote y me borre sistematicamente del gym como tres veces ya.
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